PENSAMIENTO N°2


Cada vez estoy más convencido de la importancia que el paisaje tiene en la conformación de la identidad de los grupos humanos, de sus andares, sentires, pensares y sobretodo, de sus haceres. He tenido la oportunidad de recorrer paisajes muy lejanos en los que he podido reconocer marcadas identidades humanas colectivas e individuales. Al viajar y retornar al lugar desde donde uno inició su andadura, he podido comprobar que la relación con el paisaje propio, siempre se ve enriquecida. Con el tiempo he descubierto que no viajo para conocer otros paisajes, sino para entender mejor el que habito.

Como hacedor, soy plenamente consciente de la influencia que el paisaje tiene sobre mi trabajo, en este sentido aspiro a fluir dentro de los ritmos temporales y espaciales de mi entorno. En la mayoría de los casos descubro que mis haceres son el fruto de

 


atender a estos mismos ritmos. Al sincronizarme con la naturaleza, asumo que casi siempre acabo hablando de mi paisaje, de los cambios que en el se suceden, acompasados con mis andares, sentires y pensares.

Las obras que realizo, constituyen en última instancia, elementos de la geografía a la que pertenezco, con la que me identifico, la que es testigo de mis andares, de mi fascinación y de mi curiosidad por entender el mundo. Algunos trabajos proponen una prolongación del paisaje, una mirada detenida sobre elementos de ese paisaje, otros sin embargo, nacen con la vocación de alumbrar y comprender los secretos de la naturaleza, de comulgar con sus ritmos y tensiones, convirtiéndose en rastros de una acción consensuada.


Josep Albert

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